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El castillo del Wyrm Azul

La Medicina Social

Estuve como asistente en la Academia Nacional de Medicina, institución con más de un siglo de antigüedad, para presenciar la entrega de la credencial al doctor Uriel García Cáceres como Miembro Honorario de dicha Academia. No he tenido el gusto de conocerlo personalmente, salvo a través de los medios de comunicación y por el hecho de haber sido ministro de salud en anteriores gobiernos.

Este acontecimiento; importante para esta institución médica, para la familia y allegados del doctor, pero intrascendente para el resto de la población, me ha movido escribir estas líneas.

La ceremonia fue muy protocolar y culminó con las palabras del doctor Uriel García en un discurso de agradecimiento a la Academia Nacional de Medicina. Él habló entre muchas otras cosas de la Medicina Social, aquella que ya no se realiza, aquella medicina que enseñaban los antiguos maestros y que hoy a desaparecido para dar paso a una medicina mercantilista, una medicina con la mirada puesta en la billetera del cliente.

El médico ha olvidado la razón fundamental de su existencia, el paciente, y así como él, muchos profesionales de la salud nos hemos olvidado de esa razón.Siempre he dicho que el dinero nos es una razón si no el resultado de un trabajo honesto, profesional, y también de servicio. Cuando entonces cruzamos la línea, cuando olvidamos que atendemos pacientes y no dolencias, cuando olvidamos que los pacientes son seres humanos.

Hay excepciones en todos los campos, hay también profesionales honestos, profesionales identificados con una medicina social que suena utópica en tiempos presentes. Pero son los menos y representan creo, una raza en peligro de extinción.

La pobreza es la causa de un sinnúmero de enfermedades, nos dice el doctor Uriel García en su discurso y el estado debe avocarse a la desaparición de ella si queremos ganar la eterna lucha contra la enfermedad. Es responsabilidad de todos combatirla, especialmente aquellos profesionales que por circunstancias políticas ostentan o tienen  el poder.

Una vida sana es una aspiración de todos los seres humanos.

Gracias doctor Uriel García, gracias por sus palabras, que sonaron como cachetadas en el rostro de todos nosotros.   

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